Ante alumnos con alteraciones en el desarrollo de su sistema nervioso central, hemos de poner el foco en una intervención con un profundo sentido neurobiológico y que pueda sintonizar con el resto de los profesionales que intervienen con ellas.
Situar la Educación Física en el contexto adecuado, como potenciadora de los cuatro tipos de madurez: emocional, social, intelectual y física. De modo que pueda ser un soporte común a la practica totalidad de las diez Habilidades Básicas a trabajar durante la Educación de estas personas: Comunicación, Autonomía, Relaciones familiares, Capacidades sociales, Desempeño en la sociedad, Autoorientación, Salud y autoprotección, Rendimiento escolar, Actividades recreativas y Trabajo.
Trabajando de forma sistemática y secuencial los circuitos neurológicos de las tres cualidades eminentemente neurobiológicas, que dan soporte a la Etapa Psicomotriz: equilibrio (respuestas posturales básicas), coordinación (habilidades) y planificación (juegos). Con ellos lograremos la integración del Esquema Corporal y un buen intento hacia la Dominancia Hemisférica. Las otras cualidades como la Flexibilidad, la Fuerza, la Velocidad y la Resistencia, ya vendrán con posterioridad utilizando la capacidad ya adquirida de uso del espacio extracorporal de forma competente.